Domingo en mi familia es día de carne, es un acuerdo tácito que todos sabemos “Los Domingos comemos carne” y para cumplir ese objetivo decidimos ir a probar un lugar nuevo para todos: la Parrilla Urbana. Pedimos unas micheladas de Pilsener y Modelo, porque un domingo con micheladas es un gran domingo.
Decidimos ordenar la parrillada más grande del menú para compartirla todos, un plato denominado “Festín de Locos y Cuerdos” y que según el menú son “Delicias a la Parrilla”, consta de: 1 libra de carne de res, 1 libra de lomo de cerdo, 1 libra de pechuga de pollo, 1 libra de costilla ahumada, 8 chorizos de la casa, acompañado de tortilla frita (Oh sí) cebolla curtida, chirmol, frijoles guisados o fritos y chimichurri.
Nos trajeron nuestro festín en una tabla de madera con placas de metal caliente en los extremos, eso mantiene las carnes a una temperatura apropiada; se dice que solo hay una oportunidad para dejar una buena primera impresión y el “Festín de Locos y Cuerdos” dejó una muy buena con su aspecto. Las carnes se miraban apetitosas, las tortillas bien fritas y los frijoles guisados y gratinados servidos en una ollita caliente.
Entremos en materia. La carne de res estaba deliciosa, si bien es cierto el termino de cocción se había pasado un poco, la carne estaba bien sazonada, jugosa y suave, combinación perfecta para el delicioso chimichurri que acompaña al plato. El cerdo, al igual que el lomo de res, estaba jugoso, bien asado y condimentado, se dejaba acompañar perfectamente por las julianas de cebolla curtida.
Dos filetes de pollo venían en nuestro plato, estaban asados en su punto, el pollo sin ser mi favorito estaba rico, lo decidí combinar con el chirmol; para mi sorpresa estaba elaborado con tomates asados, un excelente hallazgo en nuestro plato, hay infinidad de maneras de preparar un chirmol sabroso, pero el asado es de mis favoritos. Pasé de inmediato a los chorizos, el Festín incluía dos variedades de chorizos: 3 chorizos argentinos y 8 choricitos pequeños tipo los de Cojutepeque, ambos de sabor completamente diferentes pero sabrosos.
Hago una pausa para comentarles que toda la familia estaba más que satisfecha, todo arriba de “Qué rico esto”, “Proba aquello”, “¿Está bueno lo otro?”, “Qué jugoso”, amenizaba nuestra mesa, volviendo al Festín, los frijoles guisados estaban de “muerte lenta”, los habían gratinado con un poco de quesillo y los sirvieron calientes al centro de la tabla del Festín, deliciosos con las tortillas fritas que pusieron generosamente en una canasta en el centro de la mesa.
La costilla pudo haber estado más ahumada, para que pueda brillar como una costilla ahumada debe hacerlo, “más ahumado nunca está de más”, sin embargo estaba bien cocinada, suave y muy sabrosa. Le verdad un gran trabajo en la cocina, preparando todo de gran manera y en su punto.
El “Festín de Locos y Cuerdos”, es sin duda económico para lo generoso de sus porciones, sin tener cortes caros o refinados la cocina de la Parrilla Urbana trata bien su productos, los cocina mejor y los sirve en su punto, desde ya en una sola visita se ha perfilado como uno de los mejores lugares para ir a comer carne para la familia, nos faltará volver por esos cortes más específicos y probar tal vez un puyazo en la auto-proclamada “Casa del Puyazo”.
Por su relación precio beneficio, en esta experiencia otorgamos 6 Tenedores Rojos de 7 posibles a la Parrilla Urbana. Si son carnívoros, buscan un lugar casual y no han visitado este restaurante, los invito a que lo visiten lo antes posible.
Para nuestros lectores que preguntan el precio
Festin de Locos y Cuerdos $ 37.00
Michelada de Pilsener $ 2.50
MIchelada de Modelo $ 3.75