- 1 Taza harina de pan tostado (puede ser hojuelas de maíz trituradas o panko)
- ½ Taza de queso parmesano rallado
- 5 Pechugas de pollo deshuesadas
- 1 Taza de leche
- 1 Taza de harina de trigo
- 2 Huevos
- 1 Cucharadita de mostaza
- 2 Cucharas de miel
- Sal y pimienta al gusto
- Hierbas opcionales (romero, cebollín francés, perejil, hierba buena picadas)
- Salsa de marinara o queso para servir
- 1 Litro de aceite vegetal
En un plato grande o bandeja mezcle la harina de pan con el queso parmesano rallado, agregue la sal, la pimienta y las hierbas de su predilección, no olvide que cualquier hierba que adicione debe estar picada en trozos finos. Reserve la preparación. Esta mezcla puede hacerse con panko o con hojuelas de maíz trituradas.
En un recipiente ponga los huevos, la mostaza y la miel, mezcle hasta lograr un líquido homogéneo y reserve.
Pasos
- Sumerja brevemente cada pechuga deshuesada en la leche
- Pase las pechugas por la harina de trigo, hasta que esta cubra toda las pechugas, sacúdalas para evitar el exceso de harina
- Páse las por la mezcla de huevo, mostaza y miel hasta que el pollo quede pegajoso en toda la superficie
- Revuelque las pechugas sobre la mezcla de pan molido y queso parmesano, hasta que estén totalmente cubiertas, apreté un poco el pan en el pollo y reserve en el frío por 15 minutos al menos.
- Fría en aceite a una temperatura aproximada de 170º grados centígrados, hasta alcanzar el tono dorado que nos guste, una buena manera de saber si nuestro aceite está en su punto es dejar caer en él una bolita del empanizado con el huevo, si desarrolla algunas burbujas está listo. Si literalmente hierve con violencia retírelo del fuego unos minutos para que enfrié.
Considera que el aceite muy caliente quema el empanizado y deja las pechugas crudas por dentro, y que el aceite muy frío deja los alimentos grasosos y aguados.
Sírvalas solas o salsa marinara o mozzarella fundido si los prefiere.