Guardamos memorias de Navidad desde muy temprana edad. El Niño Dios, Santa Claus, el árbol, los regalos, los renos, el trineo, los bastones de dulce, la nieve… En fin, los símbolos de Navidad están allí e indiscutiblemente nos han acompañado desde niños.
Sin embargo, desde niño siempre me pregunté qué tenían de navideño los bastones. En las películas y las estampas de Santa, aparecen bastones gigantes rojos y blancos en medio de la nieve, también adornan árboles de navidad en algunas postales, se salen del saco de regalos de Santa o simplemente aparecen en los estantes de los supermercados para esta época dicembrina.
Aquí un poco lo que ahora conozco al respecto de bastón de navidad: en el siglo XVIII un sacerdote de Colonia en Alemania, quiso regalar a los niños que integraban el coro de su iglesia un obsequio de navidad y encargó al pastelero de la ciudad Colonia un caramelo grande, verdaderamente grande para cada niño. Le pidió que tuvieran forma de bastón para simbolizar los pastores que llegaban a Belén a ver al Niño Jesús.
El día convenido, el dulcero entregó al sacerdote estos bastones blancos con tres líneas rojas y le explicó que los había hecho en forma de bastón por los pastores, que era blancos porque simbolizaban la pureza de Cristo, que las tres líneas rojas representaban a la Santísima Trinidad y que era rojas en recuerdo de la sangre derramada por nuestro Señor en la cruz.
El sacerdote entregó los caramelos a los niños llamándoles bastones de Navidad y contándoles su significado, los niños recibieron y disfrutaron felices sus dulces y desde ese momento la tradición poco a poco se fue difundiendo por el mundo.
Hay otras historias que dicen que solo es un dulce con forma diferente, otros que dicen que fue una manera de representar a Cristo sin la cruz en la época de la persecución de los cristianos en Europa y, por supuesto, no faltan los que aseguran que es un invento del gran imperio para vendernos más y más cosas con el pretexto de la Navidad.
Yo me quedo con esta historia del coro de Colonia. Tiene lo que más me gusta de la Navidad: a Cristo en el centro de la historia, dulces para compartir, personas dando regalos y lo mejor de todo es que tiene niños felices.
Feliz Navidad a todos, que el Todopoderoso visite sus hogares y habite en sus corazones.