Llegamos al Caldero del Diablo al mediodía para probar sus nuevas botanas; el parqueo que está al frente estaba lleno, por lo que el vigilante del restaurante nos orientó para ir haciael parqueo lateral, donde fácil caben 8 vehículos más. Así llegamos y buscamos mesa, dispuestos a conversar con el chef de casa.
Nos recibió el Chef Eduardo Rodríguez, quien nos había invitado a probar las nuevas bocas llamadas “Botanas Caldero” que tienen en su menú; nos comentó que la idea es servir bocas de primera y de buen tamaño, que todas tienen, por lo menos, dos onzas de carne, pollo o pescado y pan de la casa a la parrilla, así que estando con el experto, nos dispusimos a degustar las botanas en cuestión.
Inicié con el Lomito, sirven un trozo de lomito de res con mayonesa chipotle, julianas de morrones y pan con ajo a la parrilla. El lomo estaba suave y jugoso, en el punto de asado ideal, el sabor de la carne matizaba muy bien con la mayonesa chipotle, que tenía ese picantito rico que estimula el paladar, la porción de boca o botana como le llaman en El Caldero fue como lo prometido, de buen tamaño.
Pasé a los Camarones empanizados, sirven dos camarones medianos empanizados (1 onza cada uno) montados en una rebanada de pan a la parrilla; llegaron a la mesa, calientes, crocantes y suaves por dentro, Eduardo los sirve acompañados de salsa tártara. La presentación es apetitosa y la combinación de camarones con tártara infalible.
Después puse mis ojos en el Coulotte que El Caldero sirve con chimichurri y una rebanada de pan de la casa con ajo; como buen carnívoro, me gusta el coulotte (puyazo importado) y su orilla gordita. En este caso el filete estaba jugoso, en su punto y suave, de muerte lenta; sin duda, más que una boca o botana la que sirve el Chef Eduardo del Caldero. No puedo dejar de mencionar el chimichurri que sirven ahí, el cual hacen principalmente de morrones, ajo y aceite de oliva, simplemente otro nivel, algo totalmente imperdible.
Pasé a las pechuguitas de pollo con tocino; sirven cuatro medallones de pollo enrollados en tocino y fritos, el tono de estos cuatro bocaditos era dorado, para contrastar, sirven un toquecito de mayonesa chipotle en el plato. Como no soy muy amigo del pollo este plato no me alegró mucho, sin embargo, la combinación que hace con el tocino le da un toque muy sabroso a esta botana, que me hizo cambiar de opinión.
Llegó el turno de los Chicharrones y, como buen carnívoro, los chicharrones siempre me alegran el corazón; sirven 3 gloriosos y dorados trozos de cerdo, sobre unas plumas de cebolla curtidas en vinagre y una rebanada de pan. Los chicharrones tienen la cantidad de carne y gordo correcto, estaban dorados y crujientes por fuera pero jugosos por dentro, el ácido de la cebolla le da contraste en el paladar y, para rematar, ordené una fuentecita extra del con chimichurri de la casa: ¡qué delicia!
Por último, llegó el Pincho de res que sirven con tomate y morrones sobre pan con ajo; el aspecto de este pinchito era apetitoso y la porción más que respetable, tanto carne como vegetales estaban en su punto, suaves y jugosos.
La lista de las Botanas Caldero es más amplia; ceviche, corvina empanizada, costillas de cerdo, montaditos y mini burgers; sin embargo, no podíamos con un bocado más y decidimos dejarlas para una próxima visita. Nos retiramos con ganas de volver, lo que con la buena impresión que nos llevamos, seguro haremos pronto.
Para nuestros lectores que preguntan por los precios, todas las bocas cuestan lo mismo $ 2.00 cada una.