Muy poco en Rodizio

Recientemente he estado encontrando publicidad de un lugar de rodizio en la Escalón y, como buen carnívoro, a la primera oportunidad me dejé ir con algunos del equipo de Red Fork para entrarle con todo a la carnita. El lugar se llama Rodizio y queda en un pasaje entre el Paseo General Escalón y la 3ra. Calle Poniente, exactamente atrás de States Diner.

Llegamos al mediodía. El restaurante ha sido instalado en una casa, más propiamente en el jardín. Para ser un lugar de carnes, me pareció que le faltaban detalles. Pero comer en un jardín siempre me parece buena idea. El mesero nos llevó a una mesa, tomó nuestra orden de bebidas y, como buenos carnívoros, nos saltamos el menú y nos fuimos directo y ordenamos para todos el rodizio.

Rodizio en un estilo de comer carne, propio de las churrasquerías de los estados del sur de Brasil, donde tú pagas un precio fijo y tienen un bar de ensaladas y postres, y una amplia selección de cortes de carne que llegan hasta tu mesa de una en una (ensartadas en espadas). Las mesas cuentan con una ficha de dos colores: si está en verde, quiere decir “quiero más carne”; y si está en rojo, quiere decir que ya has terminado de comer.

Una vez se retiró el mesero, leímos del menú la selección de cortes que ofrecen: picanha, lomo pacho, lomo de aguja, lomo de cerdo, nuca de cerdo, costilla alta, pechuga de pollo, corazones de pollo, alitas de pollo, camarones al ajillo y longaniza. Ahí empezamos a preocuparnos, ya que la selección de cortes se ve, a primera vista, un poco sencilla para el precio de $32.00 por persona del rodizio.

El bar de ensaladas estaba un poco sencillo. Eran básicamente diferentes vegetales rebanados (ninguna ensalada preparada), lechuga, tomates de cocina, zanahorias, zuquinis y cebollas grilladas, un par de platos con embutidos y unos vasitos con ceviche de camarones. De postre, un plato con algunos brigadeiros y unos trocitos de pastel de queso, el aspecto del bar en general era extremadamente limitado.

Dejé los vegetales y el postre para después y tomé un ceviche de camarones. Una decepción total. Los camarones eran talla micro y, además, cada fuentecita tenía como tres unidades; es decir que son más como vasitos de chirmol con algo de camarones. La decepción iba creciendo en la mesa.

Dieciocho minutos después llegó el mesero con el primer corte de carne: unos chorizos. Hubiéramos deseado iniciar con picanha (puyazo), pero con hambre aceptamos un ejemplar. Nada especial en el sabor, pero el punto y la jugosidad estaban muy bien. Después llegó nuestro mesero anunciando costilla de cerdo. Un poco extrañados, le dijimos que parecía de res, y no queriendo iniciar una discusión le sugerimos que preguntara al parrillero mientras aceptamos un evidente trozo de costilla de res en nuestros platos. Bastó el primer corte para darnos cuenta de que estaba dura. Durísima, y la dejamos de lado.

Estábamos un poco decepcionados y le pedimos a nuestro mesero que se saltara los pollos y que fuéramos a la picanha y el lomo de aguja. Llegó a nuestra mesa con una espada con unos trozos de carne cuadrados que nos aseguró que era puyazo en trozos. El resultado, igual de malo que el anterior: carne dura y reseca que, además, evidentemente no era puyazo, tal vez lomo pacho de muy mala calidad. Después apareció con una espada de puyazo o picanha y le pedimos unos cortes, los que amablemente dejó en nuestros platos.

Está picanha estaba deliciosa, perfecta, jugosa y suave. Nada, absolutamente nada que ver con lo demás que nos habían llevado a la mesa. Por fin estábamos comiendo algo que tenía relación con el precio a pagar. Pedimos salsa jalapeña para acompañar este corte y, definitivamente, esta salsa de cebolla, morrones y chiles jalapeños es de otro mundo. Una verdadera delicia, con el nivel de picante que te deja saber su nombre y con una cremosidad… deliciosa.

Lo siguiente que llegó fue la batería del pollo que decidimos saltarnos, hasta llegar al lomo de aguja, con el que habíamos pensado terminar nuestra experiencia en Rodizio. El lomito de aguja también estaba delicioso, suave y jugoso. Por supuesto que lo acompañamos de más salsa jalapeña.

Antes de levantarnos por el postre, nuestro mesero llegó con un plato con un lomito de cerdo con chimichurri, que nos aseguró habían preparado especialmente para nosotros. Pese a que ya no queríamos, decidimos no despreciarlo, y no nos equivocamos: el lomito de cerdo estaba jugoso y suave bien preparado.

Para el postre decidí ir por un brigadeiros (trufas brasileñas), pero ya se habían terminado. Me pareció raro porque solo habían tenido 3 mesas en el mediodía, pero, así las cosas. Pedí piña a las brasas de la lista de los asados para tener como cierre algo dulce antes de retirarme.

El concepto de rodizio debería de ser infalible. Es orientado hacia los que les gusta comer carne y en abundancia; sin embargo, alguien que se apunta para un servicio de un costo tan alto merece mejores cortes, mejores ensaladas y mejores postres. La sensación de todos en la mesa era que nos estaban dando comida barata. El personal es amable, pero necesita conocer un poco más de carne. Red Fork otorga 1 tenedor rojos a Rodizio, deseando que tengan el tino de trabajar pronto en sus debilidades. Sí no, es posible que duren muy poco abiertos.

Si pregunta por el precio del plato de rodizio es $ 32.00

3 comentarios en «Muy poco en Rodizio»

  1. Antes de ir a Rodizio alguien me recomendó leer su reseña solo como referencia… Pero visite este lugar pero no para comer con la modalidad de $31 dólares, si no que para comer a la carta y pues me encontré con unos buenos cortes de carne, excelente sabor, todo en su punto y lo suficientemente esencial para saciar el hambre de una persona normal que gusta de la buena comida. La atención muy esmerada y pues no fue tanto el tiempo de espera en una mesa de 4 personas… Para mi gusto lo recomiendo para poder comer a la carta… El jardín es amplio y si el buen clima acompaña se puede pasar un grato momento. Antes de retirarme me ofrecieron una promoción que podre solicitar a mi próxima visita.

  2. Considero que el articulo es muy acertado y discrepo del comentario de Oswaldo, ya que tal y como mencionan el lugar es una casa adecuada al negocio en la cual los muebles rechinan y un «chifonier» trataba de ocultar una mesa con la mini laptop con los videos de you tube que sonaban en las bocinas del local, los meseros muy amables pero desconocían los platos, segui la recomendación de pedir la salsa jalapeña por la cual felicite al mesero y me externo que a varios comensales les pareció muy picante, en conclusion gracias al review del lugar no me sorprendió para nada y disfrute de la invitación que me habían hecho, felicidades Red Fork porque me parece una critica muy atinada.

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