Izalco que significa algo así como “lugar de las casas de obsidiana”, está ubicado a 46 kilómetros en la carretera de Sonsonate, en esta ciudad viven unas 75,000 personas y es sin duda una de las localidades salvadoreñas con más riqueza cultural indígena.
Caminando un poco encontré a Doña María vende unos extraños bocadillos en el parque frente a la Iglesia de Nuestra Señora de Dolores en la parte alta de Izalco. Sobre un canasto pone estos dorados brazaletes de masa con azúcar roja como la de las peperechas, en porciones de 4 unidades que coloca en hojas de tuza.
Son fritas y se hacen del mismo material de las hojuelas del Día de los Muertos, son tostadas con ese toque dulce que le da el azúcar y unas gotas de almíbar, que caen en la boca al momento de comerlas. Una delicia de nuestro pueblo que vale la pena probar.
Red Fork otorga seis Tecomates Rojos a los nuégados de doña María de Izalco.
Wow!!! nunca habia visto estas tostadas