A boquear en La Cabaña Sport

Una tarde con mucha “C” (así llama una persona que conozco a aquella sensación abrazadora, que de vez en cuando, tienen los humanos cuando su cuerpo pide a gritos algo de beber, especialmente, de lo que se conoce como bebidas espirituosas); así las cosas, decidimos parar en La Cabaña Sport a matar sed y hambre. Llegamos temprano y empezaban a llegar los clientes.

Definitivamente este es un lugar para beber y boquear; al entrar conocimos a Fernando y Manuel, los dueños, que nos invitaron a pasar y nos comentaron que recién abrieron La Cabaña Sport (está ubicada una cuadra abajo de La Ventana); y, que han dispuesto en el menú una variedad de bocas que valía la pena probar. Sin más preámbulos, pasamos a elegir algunas.

Inicié con una sopa Ramen; lo primero es el tamaño, la sopa es bien grande, la cocina de La Cabaña sirve su ramen con huevo duro, trozos de carne de cerdo y julianas de lechuga cristal; la sopa a base de cerdo tiene unos toque de soya que le realzan el sabor, la lechuga fresca y el huevo aportan diferentes contrastes de sabor a la sopa: «rica, abundante y a buen precio», arrancamos bien.

Pasé a la Empanada del Recuerdo, que es una empanada gigante, literal «gigante», de quesillo y cubitos de chile jalapeño; llegó a nuestra mesa caliente y con el queso derritiéndose en su interior, sus sabores son limpios y nítidos, queso fundido y chile quedan perfectos. Estábamos bien a gusto con las bocas, teníamos la sensación de haber elegido el lugar correcto.

Después llegaron a la mesa el choripán y el cerdo asado; el choripán es un gran sándwich servido en pan baguete, para mi gusto aquí tropezaron un poco; la porción era generosa pero estaba un poco reseca, definitivamente no fue su mejor plato.

Pasé al cerdo al horno, la mesera nos explicó que es la especialidad de la casa; sirven un platito con rebanadas de cerdo asado con un pedacito de pan, el aroma delata que el asado es estilo oriental como el Char Siu; y, definitivamente es un excelente intento, el cerdo estaba suave, jugoso y la salsita de soya que le ponen le daba un toque final delicioso. Se levantaron los ánimos de la mesa.

Pasé al queso frito: ellos sirven un trozo de queso sobre tortilla frita, es un queso que la mesera describió como queso de cazador; es una especie de queso cremado que la cocina pasa por fritura profunda y lo mandó a nuestra mesa doradito por fuera y suave por dentro, simplemente delicioso.

Llegó el turno de la costilla frita: las porciones grandes parecen ser lo característico de La Cabaña y la costilla no fue la excepción, unas gotitas de limón y unos granos de sal y la fiesta recomenzó; las cervezas llegan frías, los vasos helados y las bocas calientes.

Antes de terminar, un cliente de la mesa vecina me recomendó el caldo; éste es un bol de crema de tomate con tortillas fritas, aguacate, queso y crema. Sin duda valió la pena aceptar la sugerencia, la crema de tomate estaba sabrosa, adentro tenía un buen trozo de queso derretido y los cubitos de aguacate caliente le daban un gran toque a esta sopa.

Decidimos terminar, porque ya no podíamos con más; sin duda elegimos un buen lugar para pasar la tarde, las cervezas estaban frías, como deben ser y las bocas sabrosas, calientes y grandes; la pasamos bien en La Cabaña Sport y volveremos pronto.

Para los lectores que preguntan por el precio y la ubicación:

Cervezas importadas $ 1.50

Empanada del recuerdo, choripan y sopa ramen  2.00

Cerdo asado, cerdo al horno, costilla alta $ 1.50

Queso frito $ 1.25

 

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