Un paraíso Moros y Cristianos

Aprovechando el fin de semana, rumbo a Ataco y buscando un buen lugar para comer, llegando a las inmediaciones de Salcoatitán, el tráfico empezó a complicarse y por un trayecto avanzamos a vuelta de rueda; eso, nos permitió parar frente a un joven vestido de moro, quién invitaba a los transeúntes a pasar a su local. Viendo el tráfico pesado y un poco seducidos por el moro y su entusiasmo, decidimos quedarnos allí y almorzar.

El rótulo que exhiben en la calle dice: Moros y Cristianos; al entrar, nos dimos cuenta que es una especie de centro cultural, del cual, el restaurantes es sólo una parte. Las calles están llenas de árboles, el fresco se siente y el verde está incluso en algunos muros del lugar. Ingresamos al restaurante y el mesero nos dejó el menú, en ese momento, supimos que el restaurante se llama el Mirador de las Dos.

Como era un poco tarde, ordenamos de emergencia un par de empanadas argentinas y un plato de bocas típico; el mesero nos comentó que los dueños del restaurante son salvadoreños y argentinos y, que eran expertos en carnes, así nos quedamos revisando el menú y de improvisto nos sentimos carnívoros (como siempre), de modo que ordenamos un plato de lomo de las 2 (por el nombre nos pareció el plato insignia del lugar), una entraña, una milanesa de res y un lomito a la jalapeña.

Llegó el plato de Empanadas Argentinas de carne: las empanadas horneadas estaban de buen ver, venían acompañadas con un par de chimichurris, uno tradicional y otro de morrones, el relleno de carne estaba suave, el especiado era suave y tenía un sabor apenas dulce; por su parte, los chimuchurri estaban deliciosos y complementaban muy bien las empanadas, teniendo dos sabores completamente distintos; eran un gran aporte al plato, un 10 indiscutible.

Después, llego el Plato Típico de Bocas: chorizo a la parrilla, plátano asado, frijoles fritos, queso, tortillas y chimuchurris; el chorizo, aunque poco en el plato estaba perfectamente cocinado, era suave y de buen sabor, el plátano asado llamó mi atención ya que es verdaderamente raro verlo servido en restaurantes, aquí estaba suave y bien asadito, el plato nos gustó mucho a todos.

El mesero acomodó unos aderezos en la mesa como anticipando la llegada de los platos de fondo: chimichurri tradicional, chimuchurri de morrones, chilmol y rebanadas de pan tostado; acto seguido nos dejó una taza de consomé de res a cada uno, el caldito delicioso.

Cuando llegaron los principales inicié con la milanesa de res: es un filete de res empanizado, arroz, vegetales y mostaza de Dijon, la presentación del plato muy saturada, para mi gusto demasiado pan, la milanesa fue la mala noticia del almuerzo, aunque tenía un buen sabor estaba muy seca y algo durita, seguro se les había pasado de cocimiento; fue sin duda el plato que menos llenó las expectativas de la mesa.

De inmediato pasé al Lomito a la Jalapeña: vegetales, 8 onzas de lomito de aguja, queso y salsa de chiles jalapeños; la carne estaba simplemente perfecta, suave, jugosa y con un gran sabor, la salsa untuosa le daba un contraste ideal a la carne, el picante era suave y no invadía el paladar, otro 10 y la mesa recuperó el entusiasmo.

Luego pasé al Lomito de las 2: 8 onzas de lomito de aguja, queso fresco de la zona, chorizo y plátano asado, en éste como en los demás platos, la porción de carne estaba de acuerdo a lo prometido, es decir, 8 onzas que se notan en el plato, la carne que usan es de buena calidad, pero además la grillan a la perfección, dejando cada porción, suave, jugosa y en su punto; el chilmol por su parte era delicioso y le daba ese toque fresco al plato.

El último de mi lista fue la Entraña a la Parrilla: que sirvieron con frijoles y papa horneada con mantequilla y queso; este filete, que en los últimos años es de mis favoritos es una delicia, tiene la justa cantidad de grasa intramuscular que le da un sabor especial, en este caso la suavidad y jugosidad la entraña un 10, nuestro filete estaba perfectamente grillada.

Mientras esperamos, supimos que el complejo de Moros y Cristianos es un emprendimiento privado al servicio de la promoción de la cultura y el folclore salvadoreño, tiene un pequeño museo dedicado a María de Barata, una de las compositoras mas prominentes de El Salvador y la más importante promotora del folclore salvadoreño que registra nuestra historia, una serie de espacios para eventos, un anfiteatro de más de 1000 personas y un mirador con casi 360 grados de visión, desde donde puede verse Juayua, los volcanes y cafetales de la Ruta de las Flores.

La pasamos bien en el Mirador de las 2 de Moros y Cristianos, el lugar sin duda vale la pena, la comida es de buena calidad y la preparan y sirven bien. Red Fork otorga 6 tenedores Rojos al Mirador de las Dos.

Para los que preguntan por los precios y la ubicación:
Empanadas Argentinas $ 4.50
Plato de bocas típico $ 10.00
Lomito de res a la jalapeña $ 14.95
Lomito de las 2 $ 14.95
Milanesa de res $ 10.00
Entraña al Grill $ 16.95

3 comentarios en «Un paraíso Moros y Cristianos»

  1. Exelente lugar muy bien ubicado no etenido la oportunidad de visitarles y conocerlo pero muy pronto lo haremos le conozco por qué siempre visitamos toda la zona de ruta de las flores saludos

  2. Un lugar muy bonito para pasarla en familia solo recomendar en mejorar la calidad de la comida no tiene sabor y para lo que son los platos están caros no son los precios que se presentaban el de limitó cuesta 18 y los postres de 2.75 en adelante

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