
La siguiente parada en nuestro tour 2019, por algunos de los restaurantes más elegantes del país, nos llevó a las puertas de La Gastroteca, éste es un restaurante pequeño, pero muy exclusivo, que queda en el primer piso del edificio Las Palmas, en la Zona Rosa; en su sala principal tiene capacidad para unas 26 personas, distribuidas en 7 mesas y, afuera en una terraza, unas 15 personas más; sin embargo, personalmente les recomiendo adentro, sobre todo si vienen de noche, hacer una reserva puede ser una muy buena idea, pues el lugar suele llenarse.

Como llegamos al mediodía, no tuvimos problemas en conseguir un buen espacio, nos recibió un mesero que nos ofreció una mesa, nos tomó la orden de la bebida y nos dejó los menús, no sin antes, proponernos los especiales del día, que La Gastroteca coloca a la vista en una pizarra en la pared y que suelen cambiar cada 3 semanas. Después de escuchar a nuestro mesero Jonathan, elegimos como entrada dumplins de pato y gnocchis con mantequilla de tomate y, como platos de fondo, un risotto negro con mariscos, unos ravioles rellenos de porcini y la especialidad de la casa, el Lechoncito con piel crujiente.

Nuestro mesero llegó con unos pequeños platos que dejó en la mesa, anunciando que era una cortesía de la casa: es el llamado Amuse Bouche, una herencia de la cocina francesa que consiste en un pequeño primer plato de no más de un bocado, que es una cortesía con la cual se presenta el Chef del lugar, su traducción al español sería como “entretiene boca” o entretenimiento. En este caso, media papa Cambray rostizada con salsa de yogurt y cebollín francés, era apenas un bocadito, pero con una presentación impecable y suficiente para conocer la mano del chef: especiado, fresco, cremoso, sencillo y delicioso.

Lo primero en la mesa fueron los gnocchis con mantequilla de tomate, ordenamos media porción para usarla como entrada, el plato se compone de gnocchis, arúgula salteada, adornado con algunas arvejas, pequeños trozos de fresa y tomate deshidratado; el plato era hermoso y su colorido y aroma abrían el apetito, los gnocchis estaban dorados por fuera y suaves y cremosos por dentro y la salsa era un verdadera maravilla, el sabor impresionante y único de esta mantequilla anaranjada que llevaba al paladar, un suave sabor a avellana y tomate. Este plato, sin duda, es uno QUE DEBE ORDENARSE SI o SI en La Gastroteca.

Pasé a los dumplins de pato confitado, que era nuestra segunda entrada. Recibimos cuatro dumplins doblados en forma de sobrecitos, que salpican con rebanadas de cebollín y sésamo blanco y negro y, sirven con una salsa oriental; la masa que envuelve los dumplins estaba dorada y crocante y el pato confitado era una delicia, la salsa con base de soya, tenía tonos picantes como de jengibre y un final dulce que hacían de cada bocado una fiesta en el paladar.

Estábamos grabando en el paladar estos maravillosos sabores cuando llegaron los principales, inicie con el ravioli rellenos de porcini, este plato se miraba un poco modesto y su aspecto no llamaba la atención tanto como los anteriores, son 4 ravioles rellenos de hongos porcini, queso de cabra y bañados en salsa de limoncello, cada una de las 4 almohaditas de pasta rellenas de una mezcla de queso y hongos que explotaba en la boca, la salsa blanca, si bien parecía modesta era un delicia, cremosa y levemente dulce por el toque del limonccelo, un sabor que sin duda vale la pena probar.

Llegó el turno de la afamada especialidad de la casa: el Lechón con piel crocante, un medallón de cerdo horneado y abrazado con su propia piel, que ponen sobre una especie de terrina de papas en rebanadas delgadas y bañan con tres salsas, la presentación de éstas fue lo que menos me gustó, pero fue sin duda un detalle menor cuando pasé a probar el cerdito, suave, jugoso y en su punto, el cuerito dorado y crujiente de la orilla daba una textura diferente y agradable al paladar. Las salsas un 10 y las papas tenían un sabor ahumado que combinaba perfecto con todo.

Pasamos al risotto negro con mariscos: sirven una fuente redonda en donde se puede apreciar un agradable emplatado, a la vista parecía muy húmedo, pero el balance de los sabores era perfecto, el sabor dominante de la tinta de calamar jugaba bien con los camarones, mejillones y los suaves trozos de pulpo que íbamos encontrando a medida que avanzamos en nuestro plato; sin duda, la comida estaba siendo una verdadera fiesta. Así, con tanta delicia nos inclinamos por ordenar un par de postres; elegimos unos beinets de banano y un pastel de crepas.

Mientras esperábamos los postres, nuestro mesero dejó de cortesía trocitos de gelatina de limonccelo, el licor de limón era suave, el cubito de gelatina de come completo y se derrite en la boca; el amargor sutil fue un bocado reconfortante que cumplió con la tarea de limpiar nuestro paladar para pasar de los sabores salados a los dulces.

Inicié por el postre que más despertó mi curiosidad: Banana Forter Beinets con salsa de toffee y ron, la cocina sirve 4 beinets calientes y doraditos sobre la salsa de toffee y los coronan con una bolita de sorbete de vainilla, el aroma es una delicia y el sabor es explosivo, cumple con la promesa y saben principalmente a bananas Foster, la salsa es dulce y el sabor de ron envuelve todo, el sorbete matiza en el paladar, sabor, textura y temperaturas, otro 10 para el chef de La Gastroteca.

Por último, pasé a la torta de crepas con mousse de fresa y nieve de maracuyá: este postre se colocaba completamente en otro lado del espectro, sus sabores eran firmes pero suaves, las crepas estaban delgadas diría que eran unas doce, unidas entre sí por esta mousse de fresa apenas acida y apenas dulce, la textura de los terroncitos de galleta aportaban textura y el complemento de la nieve de limón era delicioso, cerramos una gran experiencia.

La Gastroteca, es sin duda, un reducto de elegancia y de buena mesa, los meseros atienden. muy bien, los platos son coloridos, las presentaciones agradables, los sabores espectaculares y los detalles impresionantes; a algunos les puede parecer caro, pero ellos justifican sus precios con una calidad y un servicio de primera. Red Fork otorga 7 Tenedores Rojos a La Gastroteca y a su magnífico Chef. Nos vamos pensando en volver.

Para los lectores que preguntan por los precios y ubicación:
Dumplins de pato confitado $ 12.00
Gnocchis con mantequilla de tomate $ 9.00 media porción
Ravioli relleno de queso de cabra y porcini $ 14.00
Lechoncito Asado con piel crujiente $ 30.00
Risotto negro con mariscos $ 28.00
Pastel de Crepas con mousse de fresa $ 6.00
Banana Foster Beignets $ 6.00