Dos Alas, quién tuviera… Restaurante

Entrada de Restaurante Dos Alas

Como a las 11 de la mañana, nos fuimos rumbo al volcán a buscar un lugar para comer, elegimos un sitio que se llama Dos Alas y, que debe quedar como en el kilómetro 18 a mano derecha de la carretera al Boquerón; al entrar se ve que la naturaleza juega un gran papel en el sitio, la vegetación hace un especie de túnel en la callecita de entrada al restaurante y el clima debe bajar entre 5 o 10 grados, la temperatura de montaña se hace evidente, desde que pones un pie ahí.

Restaurante Dos Alas

Lo primero que se ve cuando te acercas es el muro de la casa, lleno de una hiedra tupida, que no deja ver la pared y que sirve como decoración de bienvenida y, en donde contrastan las ventanas con puertas de madera; los accesos son por gradas de hierro y tiene una terraza principal con un techo celeste cielo que no me gustó mucho, por lo que seguimos caminado buscando un lugar para acomodarnos.


Restaurante Dos Alas

Luego tiene un sala principal y después una terraza circular, también con suelo de hierro, que da acceso a un pasillo que te lleva a una especie de jardín con grandes árboles, en donde las mesas para los clientes están puestas en los espacios libres; en este sitio el clima es aún más fresco, por lo que elegimos quedarnos allí, no hay vista pero el ambiente vale la pena. La mesera, nos indicó que podíamos ir a la terraza superior que queda sobre el techo, desde allí la vista es verde, muy hermosa y de 360 grados, detallazo!

Arriba el mirador de Dos Alas

Ascensión es un poema de Alfredo Espino de donde este sitio sacó su nombre. Dos alas quién tuviera dos alas para el vuelo, esta tarde en la cumbre casi las he tenido, con el loco deseo de haberlas extendido… son las palabras que resuenan en mi memoria de las tardes de mi niñez cuando mi abuelo me enseñó a declamar, por lo que ese espectacular mirador trae grandes recuerdos para mí y sin duda su impresionante vista me hicieron querer dos alas para el vuelo.

Ordenamos un plato de filete de pollo, una carne asada, un plato de costillas y un par de pupusas; la mesera dejó nuestras bebidas y entre conversaciones, todas sobre lo bonito, verde y fresco del lugar y sobre ese mirador y la vista espectacular, y Alfredo Espino y por supuesto mi abuelo, se pasó el tiempo hasta que de repente llegó nuestra comida.

Vista desde el mirador de Dos Alas

Inicié con el plato de costillas que sirven con una tajada de limón, frijoles fritos y una fuente de curtido de rábano, los frijoles fritos estaban en su punto, las costillas estaban un poco secas pero de muy buen sabor, el curtido de rábano era sin duda la estrella del plato, sirven bastante por lo que podés acompañar cada costilla con una buena porción de curtido, delicioso.

Costilla de Cerdo de Dos Alas

El filete de pollo viene con arroz, ensalada fresca y salsa rosada, la pechuga de pollo la cortan delgada y estaba un poco seca y lo mismo pasó con la carne asada, nos gustó muy poco lo recibido.

Filete de Pollo de Dos Alas

Las pupusas por su parte llegaron calientes y estaban definitivamente deliciosas, con bastante relleno, el quesillo que usan se derrite delicioso y es de muy buena calidad y el chicharrón estaba muy sabroso, fue lo mejor que llegó a nuestra mesa.

Pupusas de Dos Alas

La comida tiene que mejorar en Dos Alas, el sitio es una especie de paraíso, verde, fresco, con mucha vegetación, muchas flores y un gran colorido, el clima es reconfortante, especialmente en épocas de mucho calor, el servicio es bueno y las pupusas notables. Red Fork otorga 4 tecomates rojos a Dos Alas en esta visita. Nos quedamos con ganas de volver y querer dos alas otra vez.

Para los lectores que preguntan por los precios y ubicación:

Costillas $ 13.50
Carne Asada $ 13.50
Filete de pollo $ 12.00
Pupusas $ 1.25

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