Un verdadero Rincón del Cielo en el Boquerón

Dominguito, once treinta de la mañana, la compañía de alguien especial, clima frío, abrigos, poca hambre y algo de sed; con todos esos condicionantes la mejor opción que se me ocurrió fue un sitio en el Boquerón y así, emprendí mi camino. Aun sin saber cuál era el destino específico, ya dejando Tecla y empezando a subir, recordé la recomendación de una amiga y después de hablarle por teléfono ya tenía una idea clara de mi destino.

Así me escribió: en el camino vas a encontrar varios rótulos de los restaurantes, fíjate en los que digan: Un Rincón del Cielo, es el mismo desvío de Linda Vista, es como en el kilómetro 18, al llegar al desvío al lado izquierdo, vas a ver un montón de rótulos de un lugar que se llama Volcatenango, no te metas allí, es a un ladito, no te vayas a confundir porque ambas calles están a la par, creo que la calle es de cemento, no te vayas a asustar que es algo empinada, pero subis sin problema, pasas a la par de la entrada de Linda Vista y seguís como medio kilómetro más, vas a ver después más rótulos, es una entrada a la derecha.

Con una dirección así, quien se pierde? Así que, seguimos las indicaciones al pie de la letra y llegamos a Rincón del Cielo, el desvío es en el kilómetro 18.5 al Boquerón, después de cruzar se sigue en calle empinada unos 750 metros de la carretera principal, a ojo de buen cubero me parece el lugar más alto en el que se puede comer en el volcán. Puede hacer clic aquí y google maps le lleva.

El sitio funciona en una casa de una sola planta, reacondicionada como restaurante, paredes de ladrillo visto, decorado con detalles de madera, algunos muebles que parecen antiguos y una terraza inmensa en donde también tienen algunas mesas, a un lado de la terraza hay una especie de privado, en cuyo techo se puede ver una cruz, lo que me indicó que se ocupa para oficiar pequeñas bodas o para eventos privados. El restaurante en general tiene varios ambientes y es tan grande que el distanciamiento social está asegurado; como llegamos temprano aún estaba solo y como queríamos disfrutar del clima elegimos una mesa en la terraza.

La terraza tiene una vista privilegiada a la ciudad de San Salvador y, según nos dijo el mesero, se ve claramente el lago de Ilopango, pero en este momento la neblina que iba y venía constantemente no permitía que la vista se luciera; con todo, debo decir que el sitio te envuelve, completamente rodeado del verde de la naturaleza y con la sensación de haber llegado tan alto, que se puede tocar el cielo. Sin duda, en este sitio, con este clima y con las nubes pasándote a un lado, no podes imaginar un mejor nombre para este lugar que Rincón del Cielo.

El mesero nos dejó el menú del cual elegimos para compartir un fundido de queso con pesto: lo sirven en un infiernillo o anafre de barro con carbón encendido, la presentación un poco sencilla, incluso el anafre lucía un poco descuidado, el fundido tenía poco sabor, no se percibían los sabores a frutos secos y albahaca tradicionales del pesto, se dejaba comer pero con franqueza nuestra primera elección nos quedó a deber. El clima sin embargo era paradisíaco, las nubes bailaban alrededor de nosotros y cada cierto tiempo desaparecían parcialmente dejando ver parte de la ciudad. Como estar dentro del poema de Espino ….cumbres divinas cumbres, excelsos miradores…

Con la idea de seguir picando, pedimos un plato de chorizos: este llegó servido en un plato largo, la presentación más que agradable, los chorizos venían ya cortados y el plato se complementaba con tortillas tostadas, queso, frijoles, salsa verde picante y chilmol, como dicen en mi pueblo, aquí “se voltió la tortilla”, los choricitos estaban ricos y los frijoles de muerte lenta, bien fritos llenos de sabor, el chilmol y el queso ponían el toque fresco y el chilito lo complementaba muy bien, la cosa mejoraba.

Para comer ordené un plato de entraña a la parrilla, lo pedí con salsa jalapeña; el plato llegó colorido y de buen ver, con papas baby, vegetales grillados, chorizo y chilmol, los vegetales llegaron perfecto con sabor a parrilla, las papas con un fuerte sabor a romero y mantequilla y con centro suavecito; se me hace agua la boca al escribir y recordar, la carne por su lado en su punto de cocción, cada bocado de carne suave y de primera y la salsa jalapeña cremosa y picantita, este plato tenía un 10 en cada componente, en conjunto: perfecto.

Para terminar, pedimos como postre un imposible: es una especie de torta horneada a baño de María, que tiene dos capas: una de brownie y una de flan de leche, que al momento que está cocinándose en el horno, el chocolate que originalmente se puso al fondo del molde, sube y el flan baja invirtiendo su posición, de allí su nombre imposible, la versión de Rincón del Cielo, es sabrosa y se complementó perfecto con una humeante taza de café.

Entre que las nubes se iban y venían, llegó de visita a nuestra mesa Flecha, una perra rodesiana a quien inmediatamente llegó a traer quien parecía ser el dueño del restaurante, nos contó que antes operaba allí la finca Santa Lucia y que cultivaba Proteas (Sugarbushes), nos comentó que el restaurante ya tenía 3 años y que poco a poco se iban dando a conocer, lo felicitamos por el lugar y seguimos conversando y disfrutando de la vista y el clima.

Rincón del Cielo no es barato, pero compensa sus precios con la calidad de la experiencia, el sitio es hermoso, el clima inmejorable, la experiencia es reconfortante y la promesa de estar cerca del cielo se cumple desde que llegas, nos levantamos (como decía Espino) con tristeza por tener que bajar y planificando volver pronto y repetir para la cena nuestra visita.
Red Fork otorga 5 Tenedores Rojos a Rincón del Cielo.

Para los que preguntan por los precios y ubicación:
Fundido con pesto $15.00
Orden de Chorizos $13.00
Entraña con chorizo $22.00
Imposible $4.50

3 comentarios en «Un verdadero Rincón del Cielo en el Boquerón»

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