
Después de recorrer una buena parte del litoral salvadoreño en el Fudtúr Verano, llegó el turno de la Costa del Sol; de todas las propuestas elegimos conocer algún restaurante de Tasajera y un sitio llamado Yessenia de San Marcelino. Salimos a las 11 y a la lectora de nuestro blog, que propuso ir a la isla le preguntamos si tenía el contacto de un lanchero en la puntilla y nos dio el teléfono de Martín Arévalo, le llamamos y él nos orientó gustoso. Para las personas interesadas en este paseo incluimos el teléfono comercial de Martín Arévalo 7665-9199.

Seguimos sus sencillas instrucciones, uno: llegue a la Costa del Sol, dos: continúe hasta que termine la pavimentada, tres: unos treinta metros después a mano izquierda encontrará el portón rojo de rancho amigo, cuatro: entra y pregunta por mí; así lo hicimos y nos encontramos a Martín de inmediato, nos dijo que nos llevaba y que podíamos llamarle para recogernos cuando quisiéramos volver y de una a la lancha! la tarifa es de $15.00 viaje redondo, incluyendo el parqueo seguro en Rancho Amigo. Salimos en la lancha y llegamos al banco de arena de Tasajera navegando unos dos minutos, nos recomendó Rancho Alegre, aunque hubiéramos preferido a otro más renombrado llamado El Capitán; sin embargo, Martín nos informó que ese solo abre el fin de semana.
Cuando llegamos la marea estaba llenando, pero aun se miraba perfectamente todo el banco de arena, hay unos 10 restaurantes en el sitio, todos sobre pilares de madera salada de más o menos unos 2 metros de alto, como se puede apreciar en el video anterior; diría que los pilotes son el doble del alto que alcanza el agua cuando la marea alta llega. Cada lugar tiene su muelle y Martín nos dejó en el de Rancho Alegre; ordenamos nuestras respectivas Supremas y elegimos una mesa en uno de los dos ranchos del lugar, el sitio es espacioso y cuenta con oche mesas, entre éstas y de manera aleatoria, cuelgan hamacas en donde se puede descansar si te apetece. Son lugares sencillos, cuya principal virtud no es propiamente la cocina o el servicio, sino más bien el contacto con la naturaleza y con los lugareños, la experiencia misma, lo único del lugar.

El clima era inmejorable, las Supremas estaban bien heladas, el sol era radiante, la brisa fresca y el agua del mar tibiecita, todo en conjunto hacen la experiencia más que buena, la persona que nos atendía nos ofreció algo de comer de una variedad básica de cocteles y pescado frito entero o chicharroneado. Elegimos lo último, un pescado chicharroneado para boquear mientras pasamos el tiempo disfrutando del paisaje y lo exótico del paseo, teniendo como fondo, por un lado, la isla de tasajera, un exuberante manglar y las lanchas recorriendo la Bahía de Jaltepeque.

Llegó nuestro plato de pescado frito, los trozos son rústicos y sin deshuesar, sirven el pescado con tortillas fritas, chimol y arroz, el pescadito aterrizó en la mesa bien caliente recién sacado del aceite, le agregamos unas gotas de limón y unos granos de sal y fuimos poco a poco terminando la tarea.

Después, notamos que ya empezaba a subir la marea y le pedimos a quien nos atendía que si nos podía poner una mesa y sillas en el agua y, terminamos nuestra experiencia en Tasajera, disfrutando plenamente del mar, la experiencia de visitar el banco de arena es sin duda algo que vale la pena vivir.

Como es un brazo de mar que entra en la Bahía de Jaltepeque las olas son suaves y no remueven la arena, por lo que el agua es bastante transparente y te sentís confiado de dejarte seducir por el lugar y dejar que el agua de mar circule entre tus piernas, allí por un momento se siente de cerca la magia de la creación. Pero como teníamos planeado almorzar donde Yessenia en San Marcelino, pedimos la cuenta y llamamos a nuestro nuevo amigo Martín, quien 5 minutos después llegó a recogernos. En el video siguiente se puede apreciar como el agua ya había subido de nivel y no se veía el banco de arena.
Aprovechamos ese tiempo para dar una paseadita en la lancha, en donde fácil caben unas 12 o 14 personas, vimos desde el agua el caserío de Tasajera, el regreso de unas curileras y de unos pescadores y después de escuchar algunos relatos de parte de nuestro lanchero, llegamos al rancho amigo para desembarcar y reanudar nuestro paseo. Salimos de regreso hasta San Marcelino y llegamos a Yessenia: un restaurante popular, muy grande ubicado al frente del mar, tiene cuatro niveles y decidimos subir al último para disfrutar de la vista.

Ordenamos unos Achiquiles y una lonja de pescado al ajillo, los achiquiles llegaron de inmediato, son una especie de crustáceos poco conocidos que se desarrollan en la parte arenosa del océanos, miden unos 4 centímetros y tienen la forma de un insecto; de allí, que en otras latitudes se le conoce como pulga o chiche de mar, se comen con todo y exoesqueleto y tienen un sabor suave que vale la pena probar.

Pasé a la lonja de pescado al ajillo, que sirven con vegetales y arroz, la lonja es delgada y viene bañada en una salsa blanca elaborada a base de crema con cilantro, cebolla y ajo, la lonja es muy delgada para mi gusto, pero el sabor del pescado combinado con esa salsa es delicioso; como teníamos entre pecho y espalda el pescado frito de tasajera decidimos terminar con esto nuestra travesía gastronómica.

El paseo por la Isla de Tasajera es verdaderamente diferente, nos gustó mucho conocer el lugar y más la experiencia en sí, de la bocana, el banco de arena y el mar subiendo de nivel. Terminar en Yessenia sin duda es una buena decisión, regresaremos pronto a tasajera, esa próxima vez iremos al Capitán, un restaurante del que ya hemos escuchado y suena que vale la pena visitar.
Para los que preguntan por los precios y la ubicación
Ubicaciones: Rancho Amigo, Yessenia, Martín Arévalo 7665-9199.
Achiquiles $4.00
Lonja al ajillo $12.00
Pescado Chicharroneado $ 15.00