
En nuestra ruta del Fudtúr Out Of Town, retomamos la carretera a Comasagua, porque en nuestro rodar vimos el rótulo de un lugar que ofrece pupusas de comal y eso siempre es buena noticia para los devotos de la gastronomía y más, para los que esa devoción inicia por la comida local, la que sabe a El Salvador de antaño.

Así, llegamos a Finca Vista Marina, ubicada más o menos a unos seis kilómetros del desvío a Comasagua (Centro Comercial Las Palmas); es fácil llegar porque tienen pequeños rótulos que te indican su ubicación. Subiendo para Comasagua, queda a la izquierda y su vista, como el nombre lo indica, es hacia el océano Pacífico.

El lugar luce pequeño y el parqueo es un poco estrecho; calculo que para unos ocho carros, como punto a su favor, tiene un señor ayudando a ubicar los carros para aprovechar el espacio. El lugar es un poco rústico, con baldosas de cemento entintado en el suelo y con una parte techada y otra, la más bonita, sin techo pero totalmente cubierta con una espectacular sombra de enredaderas de tumbergias y otra guía cuyo nombre no conozco; esta es una especie de terracita bien acogedora con vista a las montañas, que ese día fresco y lleno de neblina, se podían ver por ratos.
Según nos contó nuestro mesero, en días despejados se puede ver un pedacito de mar, de allí le viene el nombre al lugar.

Nos sentamos justo debajo de las tumbergias y nos dejaron el menú, pedí un par de Supremas bien frías, otras bebidas y nos decidimos a ver el menú; éste es un poco corto, pero no nos importó porque estábamos allí por las pupusas de comal; sin embargo, decidimos ordenar un par de platos de chorizo para picar, uno de nosotros pidió una cena típica y los demás nos fuimos por las pupusas.

El tiempo de espera nos permitió disfrutar de la naturaleza, el clima y la vista que, constantemente, se cubría de nubes y se despejaba por partes, la verdad una belleza.
El lugar es diferente, parece que va apareciendo por partes, incluso el mobiliario es diferente uno del otro, parece que llegaste a una casa hermosa en un pueblo y fueron sacando diferentes mesas y sillas o lo que tenían guardado para acomodar a todos, definitivamente me gusta este sitio.

Llevaron los platos de picar a la mesa, son 5 chorizos de los chiquitos por plato y 10 cuartos de tortilla frita con chimichurri, más tortillas que chorizos a simple vista no parece buena proporción. Sin duda, algo escasa la porción, pero los embutidos son deliciosos y picantes, cada choricito rebosa sabor y las tortillas, bien fritas con chimichurri, estaban buenas, si puedo sugerir algo es mejor poner más, aunque aumente un poco el precio, porque estos choricitos están de muerte, sin duda el imperdible sabor de las longanizas de Nahuizalco.

Después, pusimos atención en la cena típica, como principal protagonista un plátano frito acompañado de frijoles y crema, de aspecto más que sencillo, pero este plato fue un éxito, principalmente por el plátano que estaba bien caramelizado por afuera y dulce por dentro, como lo mantienen caliente sobre el comal tiene un suave aroma ahumado y sabor a tradición. Delicioso, tanto que ordenamos más plátanos para compartir como postre al final.

Luego pasamos a las pupusas, aunque en la imagen solo aparezcan dos, ordenamos varias y la verdad es que no decepcionaron a la afición, el aroma a leña y el sabor apenas ahumadito, que evoca el campo y la vida de pueblo o el tiempo del abuelo, el chicharrón es puro cuche como debe ser y el queso de buen sabor combinado como es la costumbre con loroco o ayote.

Como muchos, soy una persona de cuidad, y mi abuelo, que en paz descanse, fue la persona que me llevó a probar las pupusas de comal, me enseñó a percibir el sabor de la leña y disfrutar de este manjar de la tradición gastronómica salvadoreña; la vida me lleva rápido y distraído, pero ese día me acordé de ti viejo querido.

La experiencia en la Finca Villa Marina fue especialmente agradable, la neblina que se invitaba sola a la mesa, los sabores muy buenos, es un negocio familiar y la dueña atiende personalmente y se acerca a las mesas para asegurarse que todo marcha como debe y el sitio en si mismo es una bocanada de aire para el tedio de la semana y el trabajo, es un lugar diferente que vale la pena conocer.

Red Fork otorga 5 Tecomates Rojos a la cocina de Vista Marina, volveremos en otra tarde de domingo, esa vez seguro que con la familia, y aunque no tengo nietos, sin duda les hablaré de los eternos sabores del comal y la leña, así como un día lo hizo mi abuelo.
los que preguntan ubicación y precios: (para llegar da click aquí)
Plato de Chorizos $5.00
Pupusas de Comal $ 1.90
Cena típica $ 4.50
Me gustó la recomendación tanto porque la review me trasladó al lugar y hasta sentí en las papilas gustativas el sabor de nuestra comidita típica como porque me una alternativa más a dónde ir con unos amigos que les gusta rodar en sus Harleys y yo en mi Kawa y siempre buscamos lugares de montaña.