Festival Mexicano en el Crowne Plaza

Llegamos para el Festival Mexicano que el Crowne Plaza tendrá, durante las noches, los próximos 10 días; la primera sensación que tuve fue reconocer el ambientazo que han creado en el Hotel, porque no sólo la comida del bufete es mexicana, sino que todo el salón está lleno de gallardetes de colores, las mesas con piñatas de colores, las meseras ataviadas con trajes regionales y los meseros con la tradicional chonga de mariachi en el cuello, es decir, que suman puntos por el ambiente desde antes de comer.

Después de dar una revisada a los platos del bufete, puse mis atenciones en el pollo al mole, chiles en nogada, pescado a la veracruzana, patitas de cerdo en vinagre, esquite, tacos de birria y de pastor, la sopa azteca, el pozole agua de arroz y agua de Jamaica; definitivamente había más cosas que probar, pero entre tanta comida hay que priorizar.

El Crowne Plaza se trajo especialmente al chef mexicano Ismael González, que se quedará en el país, al frente del bufete Festival Mexicano durante las 10 noches que durará, a quien logré hacerle algunas preguntas sobre su experiencia en el terruño y nos contó que ésta es la primera vez que nos visita y que, por cualquier cosa, traía en sus maletas algunos ingredientes mexicanos con los que se asegurará que la comida del hotel sea auténtica.

Ya entrando en materia, inicié con un caldito de birria, la versión del Chef González es ligera y con mucho sabor al tradicional caldo que se elabora con una mezcla de chiles secos, especias, tomates, cebollas y chiles en donde se guisa a fuego lento y constante una pieza de carne, en este caso de res, excelente inicio con este caldito para arrancar la travesía mexicana.

Como primer paso, decidí iniciar por los fríos, una patita de cerdo en vinagre, salpicón, guacamole, una cebollita tatemada y un chile jalapeño toreado; la patita de cerdo tenía una textura suave, agregué unas gotitas de limón y eso quedó de muerte, en contraste con lo cremoso del aguacate y de vez en cuando me acordaba de la ensalada o salpicón de carne deshilada, queso cotija y lechuga. Segundo plato, muy bien.

Como platos de fondo, me terminé decidiendo por un chilito en nogada; la nogada es una salsa mexicana un poco dulce que se elabora con almendras, nueces, queso de cabra y queso crema, para rellenar usan chiles poblanos y se rellenan de una mezcla de carne con manzana, melocotones, peras y semillas. Se preparan principalmente en septiembre con motivo de la independencia mexicana, de allí sus tres colores verde, blanco y rojo. El chile estaba en su punto, el dulzor del plato era suave y la salsa muy untuosa.

Terminando este platillo estaba cuando nos sorprendió la llegada del mariachi, entraron al salón tocando y cantando el Son de la Negra, se dirigieron hasta el fondo hasta terminar la canción y después como detallazo, pasaron de mesa en mesa y tocaban una canción a pedido en cada una; yo como siempre, me apunté con la Serenata Huasteca, la que canté a vivo pulmón a la par del mariachi.

El Pescado a la Veracruzana fue mi siguiente elección, la versión del Chef es un filete enrollado con su salsa de tomate y sus aceitunas, el sabor de la salsa era suave y el pescado estaba cocinado en su punto, la carne jugosa, muy bien; me llamó la atención que el picante de la comida iba desde nada a suave y me explicaron que lo que tenían era una variedad de salsas picantes en la estación de tacos, para que en la comida puedan disfrutar todos, les guste o no el chile.

Después de escuchar «estación de tacos», sabía cuál era mi siguiente paso, le pedí a nuestro mesero un par de parejitas, dos de birria y dos de pastor, me ofrecieron unos sopes pero, calculando la capacidad de bodegaje restante, pensé que con los tacos era suficiente; la birria buenísima y el pastor jugoso con sus trozos dulzones de piñita asada, estaban en su punto, me gustó que los tacos eran pequeños, porque eso te permite probar varios y si te gustan y queres repetir, lo solucionas pidiendo más.

Al final, decidí ir por los postres, elegí tomar una jericalla, un trocito de pan de elote y un arroz con leche. La Jericalla es una especie de cuajo de leche horneada, algo entre crema catalana y flan, aquí el chef se voló la barda, el sabor era suave y el dulce tan mesurado que no competía con la leche, excelente cierre para la noche, que acompañé con el mariachi loco que sonaba desde las mesas vecinas.

Tendrán música en vivo casi todas las noches, algunas veces solistas en homenajes a cantantes mexicanos como Luis Miguel, Alejandro Fernández y otros Mariachi. El bufete cuesta $25.00 dólares e incluye una bebida, los postres y el café. Seguro en estos días volveré, el ambiente y la comida ameritan, lo normal es que los sitios se concentren en la comida, el Crowne, en este caso, se aseguró de la calidad de la comida trayendo al Chef desde México, pero agregó todos los detalles ambientales para convertir la visita en una experiencia completa, como si estuvieras realmente comiendo en México.

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2 comentarios en «Festival Mexicano en el Crowne Plaza»

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