Buscando un lugar diferente para comer unas pupusitas, me recomendaron desayunar en Casa Campo, un restaurante ubicado sobre la carretera que une Huizucar a Los Planes de Renderos, justamente unos 75 metros después de Cachivaches.
Cuenta con un parqueo amplio e instalaciones muy bien acondicionadas, mesas en el interior y en las terrazas, todo con el ambiente apropiado de campo; en la parte de atrás, tiene una especie de senderito hacia un jardín, donde se puede tomar fotografías con letras gigantes formando la palabra LOVE.
Confieso que el lugar tiene lo suyo, todo está en su sitio, la ambientación de campo apropiada y ese día, un clima fabuloso que mejoraba todo. Era día de semana, más o menos a media mañana por lo que me sorprendió que tenían algunas mesitas ocupadas; esto sin duda, pudo ser un detalle que indicara la calidad de la comida.
Como fuimos por pupusas ordenamos de un solo varias, algunas de maíz, otras de frijoles y nos dispusimos a esperar; algunas de las mesas tienen mantelitos individuales (la nuestra inclusive), una especie de petatiado de plástico anaranjado, que parece que ya dio su vida útil y estaba un poco vencido, como curtido por el tiempo.
Antes de las pupusas llegó nuestra mesera con el curtido y la salsa, ambos botes parecían que los acababan de arreglar para nosotros, un aspecto limpísimo como debería ser en todos los lugares; al solo verlos dan ganas de probarlos, se veían limpios, frescos y de buena calidad.
Las pupusas llegaron a la mesa, son de buen tamaño y estaban calientitas, como a nosotros nos gusta: «para ir soplando en lo que se comen»; los rellenos de primera, tanto el queso como el chicharrón y los frijoles estaban ricos, la masa era delgada y bien rellenita, la verdad deliciosas. La salsa especita, bien hecha y el curtido ácido, en su justa medida.
La pasamos más que bien, comimos rico y disfrutamos al máximo de pupusas de primera, quedamos con ganas de regresar y picados para probar otras cosas de su menú. Red Fork otorga 5 Tecomates Rojos Casa Campo en esta visita.