Watanegui consup en Catracho’s

Con el fudtur en pleno recibimos la llamada de un amigo profesional de la cocina, que nos recomendaba incorporar al Tour un pequeño sitio hondureño que se llamaba Catrachos, hicimos algunas indagaciones sobre su menú y cuando supimos que tenían pollo Chuco, sopa de caracol y baliadas, decidimos hacer nuestra siguiente parada en la tierra de Morazán.

El sitio queda en la plaza Tonatiu, en Antiguo Cuscatlan, una especie de food court de restaurantes de corte popular; Catrachos está justo al lado de Sarita, pedimos un par de Supremas heladitas y nos quedamos conversando con Eduardo, quien nos recibió y ofreció una mesa.

Eduardo nos comentó que Catrachos era un emprendimiento de él y su esposa Leiby, una hondureña oriunda de Tegus, con quien decidieron abrir este local para ofrecer alimentos populares del país vecino, detalle a destacar porque creería que éste es el primer y único lugar hondureño en el país. Después de la respectiva chambriada del menú, elegimos pollo chuco, sopa de caracol, flautas, baleada, anafre y lomito de cerdo.

Pollo Chuco es un plato callejero de Honduras, sirven 1/4 de pollo frito empanizado acompañado de tajadas de guineo verde y repollo tallado, todo bañado con tres salsas: una a base de mayonesa, otra ketchup y otra mostaza, lo que produce el relajo de sabores típicos de este plato.

La Sopa de Caracol en un plato grande que Catrachos sirve sin miserias, el tono blanco de la sopa se debe a que la base es leche de coco (hecha en casa), varios trozos suaves de caracol llenan el tazón y comparten el protagonismo con trozos de plátano sazón, guineo verde y yuca, buenísimo. Y si alguien se pregunta si ésta es la sopa de caracol de la canción, la respuesta es sí: watanegui consup!,que en dialecto garifona se traduce como «yo quiero mi sopa».

Pasé a la Baleada tradicional de frijoles fritos con huevo con chorizo y mantequilla (los Catrachos llaman mantequilla a la crema); lo primero a decir es que al ordenar tu baleada, Leiby hace la tortilla de harina a mano (así que en Catrachos nada de tortillas Bimbo, las cosas como deben ser) palmea su masa y la empieza a estirar de a poco hasta poner en la plancha una tortilla grande de más de 20 cm de diámetro; la baleada es deliciosa, el huevo queda jugosito y con un espécimen de éstos quedas parqueado.

Si te preguntas de dónde viene el nombre baleada, algunos creen que se debe a que originalmente se rellenaban con frijoles en bala, a mí me gusta la otra historia, de una señora que recibió un par de balazos y que después se dedicó a vender dobladas; con el tiempo las dobladas que vendía se conocían como las de la baleada y así se fueron conociendo hasta convertirse con ese nombre el plato más importante de la gastronomía catracha.

Llegaron las flautas: son dos tacos gigantes de tortilla de maíz también elaborada en casa que se rellena de carne, cerdo y que se enrolla y, después, se fríe hasta quedar crujiente, se sirve con repollo rallado y chimol y que antes de comer se baña en una salsa elaborada a base de caldo de res con tomate y orégano. Me sorprendió el sabor de estas flautas, íbamos bien en esta visita a Honduras.

Nos encantó la explicación de Eduardo al momento de llevar los platos, pese a ser salvadoreño está full en la jugada de la comida catracha, el dijo “yo algo he aprendido pero mi esposa Leiby es el alma y corazón de esta cocina y los platos son buenos porque ella cocina de corazón todo”, me gustó, se ve que son una gran pareja.

Pasamos al lomito de cerdo que preparan en un sorbito al que adicionan un toque de miel de abeja y se sirven con frijoles fritos pero agüaditos, cebolla morada con limoncito y tostones; los tostones son gruesos y suaves por dentro pero con una delatada capa crujiente y el lomito casi deshilado tiene un sabor delicioso con un toque apenas dulce que aporta la miel.

El último fue el Anafre con frijoles, chorizo, quesillo y totopos, se conoce como anafre a una especie de cocinita de barro, muy típica de Honduras, en donde se pone carbón encendido y se sirve como una especie de fondue con frijoles, queso y otros ingredientes, este fue un gran cierre para la comida típicamente hondureña de Leiby. además aprovechamos para pedir un Copan Dry de piña que vimos en el enfriador.

Nos encantó que todo lo hacen de “0”, elaboran a mano sus tortillas de trigo y maíz, la salsa del pollo chuco también las preparan en casa y Leiby se esfuerza para ofrecer una experiencia 100% catracha; su comida es popular, típica y de calle, sus precios son más que razonables y el servicio agradable. Red Fork otorga 6 Tenedores Rojos a Catrachos en esta visita.

para los que preguntan por la ubicación (click aquí y te lleva el wase del cel) y precios: baleada catraca 4, pollo chuco 6, anafre 3.5, cerdo 6,

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