Eterno el Comedor Yolan

En nuestra ruta de desayunos decidimos salir nuevamente de San Salvador, esta vez, buscando un sitio tradicional de desayunos de paso, ese lugar que es visitado los días de semana por viajeros que van de San Salvador a Oriente, en el corazón de San Rafael Cedros; un leve desvío de la carretera panamericana es suficiente para llegar hasta aquí.

El Comedor Yolan, está ubicado justo frente a la gasolinera ⛽️ de San Rafael, en el km 45; ésta pequeña ciudad es famosa por los lugares para desayunar, el referente original de ésta bien ganada fama, es el comedor Yolan, así que pasamos de largo varios lugares y nos fuimos directo a la macolla.

Puedo decir que fácil tenía unos 25 años de no venir por aquí, pero las cosas no parecen haber cambiado mucho, el sitio es un comedor popular, que estaba lleno cuando llegamos; atravesas el salón donde están las mesas y ves un grupo de gente haciendo fila para ordenar sus alimentos, lo que se hace de uno a uno y en la mera cocina.

La cocina es un polletón de leña, en él descansan unas 20 bandejas llenas de viandas tradicionales de la cocina de casa salvadoreña, huevos 🥚 fritos, deshilada con huevo, chorizos de tuza, chorizo con huevo, frijoles guisados y fritos, casamiento, chancletas 🩴, tamales, ejotes con huevo, plátanos fritos, canoas de plátano, tomatada, crema, cuajada, etc.

En la cocina hay dos personas que se encargan de atenderte y hay que ser ágil, porque normalmente hay varias personas esperando; lo que sí llamó mi atención fue la porción que sirven que, en todos los casos, son más que generosas; es decir que meten la cuchara sin miserias y otro detalle que me gustó, es que tienen unas tortillas sobre las brasas de la leña 🪵 y podes pedir de esas quemaditas y tostadas que llevan la tradición a otro nivel. Los aburridos pueden pedir pan.

Éramos 5 y mientras 4 hacíamos la fila y pedíamos la comida, dejamos a uno de nosotros venadiando una mesa que ya tenía apartada cuando veníamos con nuestros platos, pedimos bebida para los cinco: cuatro cafés y una horchata, empezamos a comer y cuando ya me preguntaba cómo nos iban a cobrar, se acercó una empleada a la mesa con una libreta en la que tomó nota de lo que teníamos en el plato y después de hacer cuentas nos dejó un papelito que decía “gracias por preferirnos”.

La experiencia es fácil de resumir diciendo que los sabores son esos que te despiertan los recuerdos de la infancia, los que te llevan al pueblo, a la finca, a la leña y a recordar todo aquello que tenemos tatuado en el paladar, heredado de nuestros abuelos y ellos de los suyos.

Entre los 5 de la mesa, después de los 5 platos llenos de comida y las respectivas bebidas, la cuenta al reverso del papelito decía $20.45; me pareció muy poco para la abundancia de las porciones, cuál era el precio de cada cosa no lo sé 🤷‍♀️, pero se sintió súper económico, abundante y de buen sabor. 6 huevos 🥚 rojos al desayuno de viajero de Comedor Yolan.

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