Paisaje con recuerdos en Casa 1800

Recuerdo perfectamente con quien conocí el Hotel de Montaña, habrá sido en mi niñez más temprana cuando me paré al lado de mi abuelo a contemplar desde la terraza del hotel el Volcán de Izalco; de un color café oscuro casi negro, completamente cubierto de lava volcánica en medio de aquel escenario verde del valle y el contínuo azul del mar y del cielo que puede verse desde ahí.

Esa fue la vez, que mi abuelo me comentó la historia de cómo el hotel había sido construido con el fin de disfrutar de cerca del espectáculo visual que ofrecía la erupción del Volcán de Izalco (llamado El Faro del Pacífico, por los marinos), y que, por caprichos del destino, ese volcán que estuvo activo por más de 300 años se apagó dos semanitas antes de abrir el hotel en 1958. El hotel igualmente operó casi 40 años, cerró en 1997 y ahora lo maneja Casa 1800.

Seguro que fue recordar a mi abuelo Meme (la mejor persona que he conocido) lo que me llenó de una emoción sobrecogedora, al momento de llegar y pararme en la misma terraza y ver ese escenario espectacular, el Volcán, el llano y el mar seguían allí y por un momento mi abuelo también.

El sitio ha sido remodelado, el antiguo hall del hotel conserva sus tres chimeneas gigantes y es en esta locación en donde Casa 1800 ha puesto su restaurante, rodeado de vidrieras que permite seguir disfrutando de la vista desde tu mesa.

Volviendo al desayuno, ordenamos un Morro de frutas con Chía, un bol generoso con trozos de frutas 🍉 🍍🍈 tropicales y tres pequeñas fuentes con miel de malle🍁, avena y chía y un vasito de yogurt; la fruta fresca y en su punto.

El desayuno típico con frijoles fritos, plátanos, queso cremado, crema y huevos 🥚 estrellados con un poquito de salsa ranchera, las yemas tiernitas, los plátanos dulces y los frijoles sabrosos.

Omelette rellena de jamón y queso 🧀, salsa de loroco, plátanos fritos, frijoles, aguacate y queso cremado, la omelette estaba muy poco jugosa, pero la salsita de locoro cremosa, consistente y llena de sabor mejoraba todo.

Las tostadas a la francesa que recibimos tenían el aspecto de buñuelos, son unas bolitas de diferentes tamaños, con un aroma delicioso y muy buen aspecto, parece que son como el tradicional pan de desayuno salvadoreño que remojan y fríen, el resultado francamente es genial, fueron una gran sorpresa para todos en la mesa.

Más de alguno podrá decir que los desayunos son básicos, pero eso fue lo que ordenamos; segundo los precios son súper accesibles, la calidad de la comida es promedio, sin contar la tostadas que resultaron magníficas totalmente sorpresivas, el sitio está por decir poco espectacular, la vista imponente, más que recomendado venir a desayunar aquí. Red Fork otorga 6 huevos estrellados a Casa 1800, con este sitio la sacaron del parque.

Para los que preguntan por los precios les dejamos el ticket.

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