Después de publicar la reseña del comedor Yolan de San Rafael Cedros, muchos de los gastronautas del blog nos pidieron venir al comedor Mercedes, que está justamente enfrente y a la par de la Texaco ⛽️.

No sabía en dónde quedaba y mientras me aproximaba, fue más que fácil identificar el sitio por el relajo de carros 🚘 que se hace enfrente; después de aparcar entramos y, como dicen en mi pueblo, había un gentillal de gente, todas la mesas parecían llenas y la fila de las personas que iban hacia la zona en donde se ordena salía un poco al parqueo.

Viendo lo lleno que estaba, mandamos a uno del grupo a buscar mesa y nos pusimos al final de la fila, fácil unas 25 personas hasta la cocina que es en donde se ordenan los alimentos directamente del polletón, el hecho que estuviera lleno lejos de desanimarme me entusiasmó, con la premisa que los lugares que se llenan, son de buenos para arriba.

Nuestro buque insignia encontró la última mesa en un pasillo y justo del tamaño esperado, así que ya teníamos donde aterrizar después de hacer la cola, sorprendentemente la fila avanzó con bastante agilidad y creería que en más o menos 10 minutos estábamos los ochos sentados en la mesa.

El polletón está prendido a fuego fuerte y ves salir las llamas 🔥 del fuego de leña 🪵 desde un extremo en donde fríen huevos 🥚 y tuestan tortillas, así ese aroma a campo, leña 🪵 y tortillas tostadas te abre el apetito mientras ordenas.

El único detalle que no me gustó, fue que las personas que te toman la orden te apuran mucho (entiendo que debe ser la única manera de mantener la maquinaria en movimiento) pero a mí me pareció un poco excesivo, ya que apenas te dejan inspeccionar las bandejas del polletón.

Sin más, allí encuentras un poco de todo lo tradicional de casa 🏠 salvadoreña: chorizos, costillas, deshilada de res, huevos 🥚 de varias maneras, tamales 🫔 de gallina, tortas de huevo, frijoles blancos, rellenos, tamales de elote 🌽, plátanos 🍌 fritos y sudados, pescadetas, guacamole, frijoles fritos, colados y guisados, crema, cuajada, es decir de todo y en porciones abundantes.

Fuimos a nuestra mesa y llegó alguien a tomarnos la orden de la bebida y a calcular el costo de nuestros alimentos, dejó un papelito en la mesa y se fue. Los sabores a leña de los alimentos del Comedor Mercedes son una pasada, se siente ese ahumado de la cocina de pueblo, el sazón clásico de las abuelas salvadoreñas, y la variedad más que suficiente para colmar la añoranza de cualquiera, todo esta rico o mejor.


Al final pagamos 50 dólares por la comida de 8 y la pasamos de lo mejor. Otorgamos 6 huevos rojos a los desayunos del comedor Mercedes de San Rafael Cedros.
